Con motivo de estas fiestas pascuas me encontre con esta manualidad en la web y la traje para Ustedes, es muy sencilla y los niños pueden hacerlas en casa, o para los niños de nuestra catequesis, es importante que platiquemos con nuestros niños porque celebramos la pascua, para que ellos como niños vayan tomando conciencia de la importancia de esta celebración.
Materiales:
Limpiapipas blanco,
pompones rosas y blancos chicos,
pompones blancos medianos,
fomy grueso blanco,
ojitos movibles,
bola de unicel pequeña,
listón de colores.
El limpiapipas lo cortamos a la mitad y lo doblamos para formar las orejas y se pegan en el unicel con un poco de silicón.
Pegamos a la carita los ojos, el pompon rosa como nariz y los pompones blancos pequeños para formar sus mejillas, cuidadosamente haremos una perforación con la ayuda de un palito de madera con filo y pasamos la paleta por el centro.
Pegamos los pompones blancos medianos como brazos y haremos sus patitas con el fomy, al final lo pegaremos abajo de la paleta.
Leyenda del conejo de pascua.
Cuando metieron a Jesús al sepulcro que les había dado José de Arimatea, había
dentro de la cueva un conejo escondido, que muy asustado veía cómo toda la gente
entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto.
El conejo se quedó ahí
viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo
veía y lo veía preguntándose quien sería ese Señor a quien querían tanto todas
las personas.
Así pasó mucho rato
viéndolo; pasó todo el día y toda una noche, cuando de repente el conejito vio
algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían
envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la
cueva ¡más vivo que nunca!
El conejo comprendió que
Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las
personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había
resucitado.
Como los conejos no
pueden hablar, se les ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos
entenderían el mensaje de vida y alegría y así lo hizo.
Desde entonces, cuenta
la leyenda que, el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores
en todas las casas para recordar al mundo que Jesús resucitó y hay que vivir
alegres.
dentro de la cueva un conejo escondido, que muy asustado veía cómo toda la gente
entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto.
El conejo se quedó ahí
viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo
veía y lo veía preguntándose quien sería ese Señor a quien querían tanto todas
las personas.
Así pasó mucho rato
viéndolo; pasó todo el día y toda una noche, cuando de repente el conejito vio
algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían
envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la
cueva ¡más vivo que nunca!
El conejo comprendió que
Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las
personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había
resucitado.
Como los conejos no
pueden hablar, se les ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos
entenderían el mensaje de vida y alegría y así lo hizo.
Desde entonces, cuenta
la leyenda que, el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores
en todas las casas para recordar al mundo que Jesús resucitó y hay que vivir
alegres.
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